PAPÁ PIERNAS LARGAS

Jean Webster. 1912

Dady-Long-Legs, así se llaman en inglés a esas arañas patas largas y cuerpo enano. Con este nombre, Jerusha (o Judy Abbot), la protagonista del relato, es como bautizará a su benefactor. Jerusha es una huérfana que al comienzo del libro cuenta con diecisiete años. Posee mucha imaginación, ingenio, inocencia y humor.

Uno de los patronos del orfanato en el que se encuentra ha leído una redacción de la niña y, convencido de su potencial, decide financiarle los estudios universitarios de manera anónima. La única condición para ello es que la huérfana le escriba, al menos, una carta al mes contándole sus progresos. Eso sí, él no responderá. 

Jerusha, (después Judy, pues no le gusta nada su nombre), ha vislumbrado la sombra de su benefactor: un hombre alto y delgado, cuyo aspecto le recuerda a la araña citada al comienzo. Es por esto por lo que decide dirigirse a él como "Papa Piernas-largas".

Bajo esta trama se inicia una relación epistolar unidireccional donde vamos conociendo a Judy. Leemos sus luchas y progresos, contados con tal espontaneidad y humor que nos arranca más de una sonrisa.

Sin embargo, también vamos viendo con el paso de los cuatro años que duran sus estudios, como Judy se va convirtiendo en una joven madura, con sentido común, así como con una bondad, una honradez y una justicia que salen de su buen corazón. 

Lo que siempre aflora en las cartas es el profundo agradecimiento de Judy hacia su protector. Debido a su orfandad, las dificultades de la vida le han enseñado a valorar hasta lo más pequeño y cotidiano, teniendo siempre presente que la felicidad está en no acostumbrarse a ser feliz: "Cuando llegué a la universidad sentía aún bastante rencor porque se me hubiera robado esa infancia normal de la que habían disfrutado las otras chicas, pero ya no queda ni rastro de ese sentimiento. Ahora lo considero una pericia singular, que me permite ver la vida desde una posición  de cierta ventaja. Llego a la vida adulta con una perspectiva del mundo que les falta por completo a las demás, las que han crecido rodeada de cosas. Conozco a muchas chicas que nunca se dan cuenta que son felices[...] Y voy a seguir siéndolo (feliz), por muchas cosas malas que me pasen..."

Aunque sea un libro para adolescentes, y muy recomendable, cualquier edad es buena para leerlo, A mí me ha recordado aquellas tardes en las que leía sin parar a mis viejas amigas Enid Bliton, o Ana de las Tejas Verdes. He pasado un rato muy agradable, pues se trata de un libro divertido, ameno y ágil.