LOS FELICES DÍAS DEL VERANO

Fulco di Verdura. 1976

"He de advertir al lector que puedo haber cometido algún error en este libro al carecer de notas o diarios que consultar y habiendo fallecido la mayor parte de los personajes, me he basado tan sólo en mi memoria y en  la ayuda de mi hermana. Esto es lo que recuerdo"

Con este preámbulo, Fulco di Verdura nos avisa del contenido del libro. Ya en su vejez quiere recordar los felices días de su infancia, del verano de su vida. Para ello, busca en su memoria y saca a relucir recuerdos mediante una enumeración de lugares, animales y personas, como cazados al vuelo. 

Nos describe la casa donde fue feliz (Villa Niscemi), los animales que acompañaron sus juegos de niño, los jardines donde se encontraba cara a cara con la naturaleza y las personas que marcaron profundamente su vida y a las cuales adoraba: su hermana, su madre y su abuela. Son descripciones nostálgicas y melancólicas. 

El libro se cierra tras recodar con dolor y tristeza la muerte de su abuela, la cual supuso el golpe que cerraría la puerta a la infancia y a esos felices días del verano.

Como buen siciliano, Fulco cuenta anécdotas estrafalarias y divertidas "...Por alguna razón siciliana, y por tanto inescrutable...." y procede a contarnos el suceso, llamando nuestra atención y guiándonos por sus recuerdos.

Además de divertido, es un relato íntimo y nostálgico que se lee con interés y curiosidad, a la vez que deja con ganas de saber mas de sus andanzas.

QUERIDA SEÑORA BIRD

A. J. Pearce. 2019

Ligera, divertida, entretenida, femenina, jovial... Querida señora Bird es una historia que abarca la amistad, la bondad con los demás y la fortaleza en las situaciones difíciles. 

La novela se ambienta en Londres, en 1940. Emmeline Lake hace todo lo posible para ayudar en tiempos de guerra y, además, llegar a cumplir el sueño de su vida: ser corresponsal de guerra. Para implicarse en el conflicto bélico, se ofrece voluntaria como operadora telefónica de los Servicios Auxiliares de Bomberos y, como antesala para llegar a cumplir su sueño, acepta sin pensarlo  un puesto en el diario London Evening Chronicle. Finalmente, este puesto resulta ser de mecanógrafa para la columnista de consejos feroces Henrietta Bird. 

Un trabajo que en principio resulta decepcionante para Emmy, va tornándose poco a poco en atractivo y conseguirá que ésta se vaya implicando cada vez más, sobre todo al descubrir que Henrietta Bird no responde todas las cartas que envían las lectoras por considerarlas "frívolas, de mal gusto o comprometidas". Emmy se compadece de aquellas mujeres cuyas cartas han sido enviadas directamente a la basura y es cuando decide actuar, respondiendo a toda esta correspondencia haciéndose pasar por la señora Bird. Esta situación la meterá en un buen lío... 

La autora, a través de Emmy, rinde homenaje a todas aquellas mujeres que en sus casas, ciudades, trabajos, etc. se involucraron en la guerra tratando de hacer una vida normal en medio de los bombardeos y de la escasez. Se trata de una historia sencilla, con una narración sin complicaciones y ciertas situaciones cómicas y frescas.

A. J. Pearce inicia con esta primera novela su estreno como escritora. La idea le surgió cuando descubrió una revista femenina inglesa de 1939, donde las mujeres escribían buscando respuestas, comprensión y ayuda a sus problemas.

LOS LAZOS DE LA TIERRA

Charlotte Link. 1994

Los Lazos de la Tierra pertenece al tercer y último libro de la Trilogía de La Estación de las Tormentas, cuyo primer y segundo volumen ya he reseñado con anterioridad (el 7 de septiembre de 2021 y el 30 de agosto de 2022 respectivamente). En este caso, se sigue contando el legado y las vicisitudes de Felicia Laverge. 

Esta última novela la preside una Felicia octogenaria, que debe encontrar entre sus familiares a alguien en quien depositar su negocio y las riendas de la familia.

Este título decae bastante respecto de sus antecesores, pues sigue siendo un poco más de lo mismo, sin apenas novedades. Los personajes fríos y egoístas se rigen por la máxima de el fin justifica los medios. Los protagonistas femeninos resultan calculadores y los masculinos mediocres, tal como se describe en la propia obra: "...era el prototipo de las mujeres de la familia; dura y egoísta. Los hombres avanzaban junto a esas mujeres despacio y desapercibidos, ni siquiera eran dignos de la mirada de ellas cuando no eran capaces de hacerse a un lado a tiempo".

La historia pierde interés, pues la escritora se centra más en sus personajes y deja de lado el marco histórico que tan bien supo ambientar en las anteriores novelas de la trilogía. Esa recreación de la atmósfera de entreguerras y de guerra y la tensión de un siglo XX muy convulso que se refleja muy acertadamente en los primeros libros aquí se difumina hasta perderse, resultando una narración pesada y gris, que apenas aporta.