"Algunos personajes parecen estar determinados de antemano, como una veleta por su cola de plomo. En realidad, no pueden cambiar porque siempre están cambiando. Nada les enseña. La felicidad, los problemas, el amor y el odio no aportan ninguna experiencia. Cambian de opinión con cada viento que sopla y siempre sobre un único eje: ellos mismos (...)". Pienso que en torno a esta idea gira toda la novela.
Las personajes a los que se refiere la cita, son personas que no cambian y que pueden llevar a la ruina, a la desesperación e incluso a la muerte a la gente con las convive. Así es el coronel Tempest, a quién van dirigidas estas duras palabras: egoísta, banal y caprichoso, que arrebató a su hermano mayor la mujer que estaba destinada a ser su esposa, Diana, para casarse en secreto con ella, por un mero capricho pasajero.
Las dos familias implicadas rechazaron el matrimonio y, como consecuencia, perdieron los derechos patrimoniales dejando a la pareja en una situación precaria para alguien de su posición social. La vida de casados se tornó así difícil para ellos, sobre todo para Diana, al descubrir tras el nacimiento de sus hijos, el carácter voluble, egoísta e irresponsable de su marido, situación que la llevará a la tumba prematuramente.
El coronel se centrará en la posibilidad de heredar el título de cabeza de familia de los Tempest, sin embargo, su hermano mayor testará en favor de su hijo John, al que las malas lenguas consideran ilegítimo. Esta situación empuja al coronel a emprender acciones abominables cuyo destinatario será John Tempest, el protagonista y supuesto hijo ilegítimo, el cual encarna lo contrario del coronel, puesto que es un personaje fuerte, justo, honrado, introvertido y honorable.
Mary Cholmondeley escribe con todos los ingredientes de las novelas victorianas de finales del siglo XIX, creando una trama intensa y muy interesante de amor, desamor, herencias, matrimonios, asesinatos y accidentes, que mantienen el suspense siguiendo el estilo de Wilkie Collins.
El honor, la fortaleza, la justicia, la amistad y el deseo de amor verdadero son valores fundamentales a lo largo de la novela, en contraste con la mala conciencia, el egoísmo, la mentira, la traición o la infidelidad.