Translate

27 de enero de 2020

LO QUE EL DÍA DEBE A LA NOCHE

Yasmina Khadra
Yasmina Khadra. 2009
La novela se centra en Argelia, unos años antes de su independencia. El protagonista se ha quedado profundamente noqueado por los sucesos ocurridos en su infancia y por el abandono de su padre, al cual admiraba. Jonas (nombre del protagonista occidentalizado) o Younes (nombre argelino), se ha quedado totalmente perdido, no sabe por donde tirar, la vida le lleva... Jonas-Younes es un personaje profundo e introvertido, que no tiene donde agarrarse y se hunde. Lo único que puede salvarle y obligarle a reaccionar es el amor de una mujer: Émilie. De ella está profundamente enamorado, pero no puede acercarse a la misma debido a un juramento hecho a la madre de esta. Jonas-Younes respetará este juramento sin sentido que tendrá consecuencias negativas, tanto para Émilie como para él mismo, que seguirá a la deriva.
Yasmina Khandra, pseudónimo femenino de Mohammed Moulesshould, relata una historia torrencial, apasionada y dolorosa que transcurre desde 1930 hasta el presente, en primera persona en boca del protagonista Jonas-Younes, donde se desprende una defensa de la cultura franco-argelina como telón de fondo.
El autor emplea una prosa sencilla pero cuidada y elegante. Es intimista, pausada y a la vez constante, pudiendo resultar a veces monótona. Sin embargo, consigue que lleguemos a conocer al protagonista en profundidad y seamos testigos de su evolución y progreso. El autor combina estos perfiles humanos con un lenguaje poético dedicado a las descripciones de lugares y costumbres. 
La novela es un canto a la amistad, el amor en todas sus facetas, a la búsqueda de la propia identidad. Lo que el día debe a la noche es una lectura agradable y bien escrita, que gira entorno a valores interesantes, centrada en un marco cultural-histórico también bastante interesante.

13 de enero de 2020

UN GUISO DE LENTEJAS

Mary Cholmondeley
Mary Cholmondeley. 1899.
Según el relato bíblico, Esau, hijo de Isaac, vende el derecho a la primogenitura a su hermano Jacob por un plato de lentejas. Esta novela sumamente metafórica trata de eso, de a lo que se es capaz de renunciar para conseguir lo que se desea. "Había mancillado su vida, su fe en los demás, su fe en el bien. Estos ideales, estas creencias fueron suyas antaño, como su primogenitura [...] su pecado residía en haberse mofado de su primogenitura, en su falta de fe en el Espíritu Divino que habita en el hombre". Estas palabras de uno de los protagonistas vienen a expresar que, cuando anteponemos la satisfacción material al valor del bien espiritual, nos vendemos por un guiso de lentejas, y esta es la enseñanza que nos propone Mary Cholmondeley con su novela.
Hester y Rachel, las protagonistas, encarnan la lucha interior de la escritora, sus inquietudes personales y profesionales. Ambas mujeres son reflejo de los pensamientos, ilusiones y sentimientos de la época canalizados por la propia autora.
Cholmondeley nos hace participes de sus dos búsquedas personificadas por medio de sus dos protagonistas: primero, Herster con sus aspiraciones y las ansias de plasmar sus pensamientos, intentando poner por escrito la fusión que siente con la naturaleza, buscando palabras que expresen sus sensaciones: "Al ponerlo en palabras convierto todo en un tópico [...] a veces intento durante más de media noche encontrar las palabras [...] Pero no hay palabras [...] y al final recurro a algún símil basto"... es el deseo de alcanzar el arte y encerrarlo en unas palabras, el reto al que muchos genios se han enfrentado, su eterno sufrimiento; segundo, Rachel en su persecución del amor verdadero, donde prima la confianza absoluta.
La lectura de la novela es enriquecedora, culta y exige concentración para no perderse ningún detalle, pues al ser muy metafórica se corre el riesgo de no llegar a saborear la profundidad con la que la escritora nos guía por los complejos sentimientos humanos.