DEL VIAJE COMO ARTE. TRAVESÍAS POR ESPAÑA, FRANCIA, ITALIA Y EL MEDITERRÁNEO.

Edith Wharton. 1888-1930

Este libro es una recopilación de los numerosos viajes que hizo Edith Wharton por Europa. Es en el viejo mundo donde la escritora encontró lo que EE.UU. no le daba: un entorno donde cultivar la inteligencia. A veces, emprendía un viaje simplemente por la sonoridad de un nombre y siempre atraída por aumentar sus conocimientos.

La primera recopilación de su diario, "Crucero en el Vanadis, 1888", narra el recorrido por costas e islas del Mediterráneo como Argelia, Túnez, Malta, Grecia, Turquía, Monte Athos, Esmirna y Quíos, desplazándose a bordo de su yate, el Vanadis. Un viaje que dejó una profunda huella nostálgica en el alma de la autora, como refleja la última frase de su diario: "a las diez de la noche nos dispusimos a la marcha, con tristeza al recordar que, de aquí en adelante, nuestro camino nos llevaría de regreso a casa y que, con cada día que pasase, iríamos dejando el purpúreo Oriente cada vez más atrás..."

Esta primera parte del diario nos va revelando una mujer culta, pues en lo que ve y admira evoca poemas y libros leídos o cuadros vistos que va relacionando. No se limita sólo a describir lugares, sino también las sensaciones que éstos le producen. Percibe el sentir  de los lugareños, y nos da sus opiniones ante la manera de vestir, la religión.... Se nota que antes ha estudiado lo que va a visitar y que no quiere dejarse nada.

Otro capítulo de su diario: "Ambientes italianos 1887 - 1903", aquí es donde me rindo ante ella y pienso que  hubiéramos congeniado, ambas adoramos Italia... "¿Es qué en algún momento se podría preferir estar en otra parte cuando era posible estar en Italia?" Pregunta a la que yo misma contesto: NO. Es aquí donde me ha hecho contener la respiración al narrar poco a poco uno de sus muchos descubrimientos artísticos inesperados porque, "es en Italia donde es posible descubrir tesoros sin nombre y sin clasificar". Llena todo de numerosos adjetivos que intentan describir lo que siente, sus palabras vuelven a transmitir en palabras lo que Italia es para mí, "la irrupción de impresiones y recuerdos es a veces tan arrolladora que hace que la observación se pierda en la mera sensación".

A continuación, en "Viajes por Francia en cuatro ruedas, 1906 - 1907", Edith Wharton, siempre moderna, utiliza el coche para desplazarse por Francia. Para ella esta adquisición supuso el poder abordar furtivamente lugares inesperados, caminos secundarios. De Francia le sobrecoge el paisaje, la campiña verde, los ríos, los pueblos pintorescos y bien cuidados, los campos de trabajo bien organizados, agricultura y poesía unidas, la belleza de la tierra trabajada.

En su línea intelectual me ha enseñado a contemplar y valorar el pasado y reflexionar sobre ello.

De "Marruecos, 1917" cuatro palabras: colorido, añoranza, resignación y tristeza, todas bajo su femenina mirada crítica.

Y por último, "Viaje por España en cuatro ruedas, 1925 - 1930". Ya en la primera hoja te suspende en el tiempo: "¡Lo que deben divisar esos halcones que de manera tan indolente planean sobre nuestras cabezas". Podemos  visualizarlo, "todo es intolerablemente preciso", podemos percibir que "España no debería ser tan española así de golpe".

Atraída por España supo captar su idiosincrasia, cielo duro y azul, olmo solitario, polvareda, incienso, criptas con sus tumbas hermosas, sosegadas, sencillas... y ahora, ¿qué queda de la belleza árida y dura de España?

Gracias a este libro, que cayó en mis manos después de visitar en Madrid la exposición de pintura "Redescubriendo el Mediterráneo", durante las Navidades del 2018,  he podido viajar de la mano de Edith Wharton y conocer y profundizar en el Mediterráneo. Estos diarios desvelan una mujer de gran erudición, profundidad y sensibilidad , otra cara de la gran escritora.

Ha sido un viaje inolvidable.