José María Pemán. 1972 |
En el suceder de los capítulos, el lector descubre a un Pemán enamorado de Andalucía, para la cual solo tiene palabras bellas y pensamientos rotundos.
El autor quiere además limpiar esa idea de una Andalucía superficial y chillona, para dejar paso a la contemplación de una tierra ancha, luminosa, soñadora, hospitalaria y eterna.
Con una manera de escribir que puede definirse como fluida, profunda, sutil, chispeante, inteligente, bella y, además, bañada del gracejo propio del escritor andaluz, nos sumergimos en la luz, el color y el calor de Andalucía.