Iris Murdoch. 1954 |
En esta, su primera novela, Iris Murdoch se mete de lleno en la voz masculina del personaje que crea. Se adentra en la cabeza del protagonista y cuenta todo desde dentro del mismo, lo que éste siente en los distintos avatares en los que le va colocando la vida.
Jake Donaghue, su protagonista, es un escritor y traductor que deambula por Londres intentando, de algún modo, solucionar los problemas del pasado. En este vagabundear por la ciudad, después de encontrarse con personajes y situaciones grotescas y disparatadas y tras litros de alcohol, tocará fondo y será víctima de una desazón vital que le hará resurgir.
Mediante una profunda reflexión, Jake descubrirá que todo ese camino recorrido le ha hecho madurar y plantearse seriamente ser el escritor que siempre ha querido ser.
Esta novela es una reflexión sobre la vida humana, la madurez y la incapacidad del lenguaje para comunicarnos. Éste, como una red, a veces nos atrapa y sólo el silencio nos permite entender la ligereza del amor pasajero frente al amor verdadero... Todo ello queda expuesto con una visión humorística e, incluso, incita a alguna carcajada que agiliza la lectura mientras estamos engullendo ideas y reflexiones filosóficas.
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