Anne Jacob. 2019 |
En esta tercera parte de la trilogía, la autora refleja los cambios sociales acaecidos después de la Primera Guerra Mundial, tales como el acercamiento entre las clases sociales o la mayor independencia de la mujer.
Apenas hay evolución en los personajes, pues la escritora se limita a darlos continuidad. Los individuos aparecen vacíos y no valoran las consecuencias de sus actos. Son ambiciosos, envidiosos, egoístas y, si hay perdón, este resulta muy superfluo; actúan en beneficio propio.
Como ya comenté en las anteriores reseñas, esta última parte se mantiene el resultar bastante previsible, así como la calidad literaria básica mediante una narración lineal. Consigue atraer la atención del lector, pero resuelve y ata cabos precipitadamente, dando como resultado una novela que aporta poco, simplemente entretiene.
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