Adalbert Stifter. 1845. |
Era habitual encontrar a Stifter en los cafés literarios acompañado de grandes figuras como Robert y Clara Schmann, pues era asiduo a la vida intelectual austriaca. Es considerado uno de los más importantes autores en lengua alemana del S.XIX.
En El sendero en el bosque, Stifter nos regala un relato breve y delicioso que recoge todas las virtudes que hacen de él un gran escritor: las descripciones de paisajes y el espíritu del romanticismo alemán; todo ello regado de un candor, una delicadeza, una inocencia... es como una suave brisa en una tarde estival. Stifter en esta obra se dedica simplemente a poner al hombre en contacto con la naturaleza.
De él diría Thomas Mann: "uno de los narradores mas extraordinarios, enigmáticos, audaces y apasionantes de la literatura universal".
Theodor Kneight, conocido como Sr. Tiburius, ha nacido en una familia algo excéntrica y sin preocupaciones económicas. Al quedarse solo, ha llegado a aislarse hasta convertirse en un hipocondríaco, "un mentecato", como le describe el autor. Un doctor vecino suyo le recomienda casarse y visitar un balneario. De la primera opción, Tiburius no hace caso pero sí se auto-convence de la segunda. En el balneario, a pesar de su neurastenia, se dedica a pasear y a dibujar. Poco a poco irá saliendo de su aislamiento para integrarse en la naturaleza y aceptar todo lo que esta le ofrece.
Stifter utiliza una prosa clara, directa y muy elegante. Encontramos musicalidad en las palabras que emplea, a medida que avanzamos en la lectura, nos perdemos en la fragancia de su escritura, saboreamos sus silencios, hace que nuestro espíritu se adentre en el sendero del bosque.
Muchas gracias por poner en mis manos otro libro del XIX y está vez de origen alemán, donde el romanticismo nace y se hace. Espero ansiosamente más libros de este siglo tan fundamental, para poder entender nuestro siglo XXI.
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